Confusión y rabia en la provincia de Kunduz, en el norte de Afganistán. Son los momentos posteriores a los bombardeos y las operaciones terrestres de las tropas locales y de la OTAN contra insurgentes talibanes, en los que han muerto al menos 30 civiles y otros 25 han resultado heridos. El Pentágono ha señalado que dos miembros de las fuerzas especiales estadounidenses han perdido la vida.
“Los aviones comenzaron a bombardear desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana, Las víctimas son cuatro niños, sus padres y su abuelo. Hemos sacado sus cuerpos de los escombros”, dice un vecino de Kunduz.
El objetivo de las fuerzas de seguridad era detener a un comandante talibán y a su equipo, según la Policía local.
Afganistán vive una situación de creciente violencia ante el progreso de los talibanes.Según Washington, controlan cerca de un tercio del territorio del país.