La intervención se ha desarrollado en el distrito XIX de la capital francesa, adonde han llegado muchas de las personas evacuadas de la llamada “Jungla de Calais”.
Según las autoridades se trata de una operación de “control administrativo” para identificar a los inmigrantes y refugiados.
“La policía ha venido esta mañana. La gente pensaba que la policía iba a venir mañana para darnos una casa, un campamento… ¿Dónde va a dormir toda esta gente? En esta época del año hace mucho frío. Esto no es vida, es vivir como animales”, se lamenta Shikhali Mirzai, originario de Afganistán.
“Lo que ha pasado es el resultado de una política de gestión basada en las redadas policiales. Han formado un círculo y han clasificado a la gente según su situación administrativa. A veces es una discriminación racial”, denuncia Houssam El Assimi, de la organización “La Chapelle Debout”.
El Gobierno francés asegura que ha reubicado a más de 5.000 personas que vivían en Calais, pero se desconoce cuántas se han quedado en la zona para seguir intentado llegar al Reino Unido.
Además sigue sin estar claro el futuro de los 1.500 menores no acompañados alojados en un Centro de Acogida Provisional cercano.
