Las manifestaciones se suceden en diferentes puntos del país en una ola de indignación contra la policía, a la que responsabilizan de la muerte, el pasado viernes, del pescadero ambulante, Mouhcine Fikri.
Fikri murió triturado por un camión de la basura cuando intentaba recuperar la mercancía que le confiscó la policía.
“Vengo aquí para expresar mi apoyo a este hombre que ha sido asesinado y mi solidaridad con todo el pueblo de Marruecos. Lo que le ha pasado a Mouhcine Fikri le puede pasar a cualquiera, no solo en Alhucemas sino incluso en Rabat o Casablanca. Nos humillan y nos menosprecian”, se lamenta esta mujer.
“Cada vez que la policía mata a uno de nosotros, a los más pobres del país, usan la excusa de que estaba haciendo algo ilegal. Las autoridades roban ilegalmente los recursos del mar de Marruecos y nadie dice nada sobre eso, no responden ante la justicia”, denuncia esta manifestante.
La mercancía confiscada era de una especie cuya pesca está prohibida en este momento en Marruecos.
La pregunta, aun sin respuesta, es si el camionero puso en marcha la trituradora siguiéndo órdenes de la policía.
La indignación que ha despertado este caso recuerda a la que desató la inmolación en 2011 de un vendedor en Túnez; germen de la llamada primavera árabe.