La última vez que el presidente de Moldavia fue elegido por sufragio universal directo fue hace 20 años. Ahora, tras una decisión del Tribunal Constitucional moldavo en marzo se celebran de nuevo comicios en esta antigua república soviética independiente desde 1991.
Favorito en los sondeos en la primera vuelta, el candidato prorruso y exministro de Economía en un Gobierno comunista Igor Dodon, promete restablecer una asociación estratégica con Rusia y anular el capítulo económico del acuerdo de asociación con la UE firmado en 2014.
La segunda en liza, siempre según las encuestas es Maia Sandu, candidata de la oposición de centroderecha, que por su parte promete “una Moldavia europea”.
Exministra de Educación, ha trabajado en el Banco Mundial, Sandu asegura que Chisinau tendrá que convencer tanto a los moldavos como a sus socios europeos de su sinceridad antes de proponer una fecha de adhesión.
Encajonada entre Rumanía y Ucrania, Moldavia es uno de los países más pobres de Europa. El 41% de su población vive con menos de cinco euros diarios segun datos del Banco Mundial.
Además de sufrir la pobreza, los moldavos están furiosos desde que en 2005 se descubrió un gigantesco fraude bancario: la fuga al extranjero, durante años, de mil millones de dólares, es decir, el 1,8 del PIB. El escándalo ha arrastrado a los dos gobiernos precedentes al formado el pasado enero, responsables de los créditos otorgados a los bancos saqueados. Además ha hundido la credibilidad de la élite dirigente proeuropea en este país minado por la corrupción.