Chile, existe una larga tradición de muralistas callejeros que, motivados por ideas políticas, pintan mensajes y consignas en las paredes.
La tradición de los murales callejeros en Chile se remonta a unos 50 años atrás. Durante el gobierno de Salvador Allende, sus autores vivieron un corto esplendor en sus actividades, que se vio truncado por el golpe de Estado de Augusto Pinochet.
En nuestros días, las nuevas generaciones de este país latinoamericano toman el relevo de quienes usaron este arte para expresar sus ideas políticas mediante mensajes y consignas.
La más reconocida y de larga data, es la Brigada Ramona Parra, creada en 1968, al alero del Partido Comunista de Chile y de mayor auge durante el gobierno de Salvador Allende. Casi 50 años después, nuevos jóvenes siguen empuñando las brochas y con nuevos trazos y diseños, expresan su ideario político: el inconcluso por el Golpe de Estado y las nuevas demandas de la sociedad chilena.
Agitación y propaganda, dos tareas clave de cualquier proyecto político, que encuentran su síntesis en brochas y pinturas sobre los muros de la ciudad. Ocurrió así en el proyecto de la Unidad Popular de Salvador Allende, ocurrió en la Resistencia a la dictadura de Pinochet y ocurre todavía hoy en el Chile post dictatorial.
Cuando la tendencia es cercar o privatizar, los muralistas resisten y rescatan para el uso comunitario, las paredes y espacios públicos de la ciudad.