En poco más de una semana el Ejército iraquí ha conseguido hacerse con el control de 78 pueblos. El avance en varios frentes de las fuerzas gubernamentales y las milicias kurdas continúa aunque según las últimas informaciones una tropa de élite iraquí parece haber parado su ataque a la espera de apoyo aéreo estadounidense.
Los islamistas del autodenominado Estado Islámico retroceden pero dejan a su paso minas antipersona y emplean coches bomba para repeler los ataques de la coalición.
En algunos campamentos de desplazados, como este de Erbil, se está llevando a cabo una campaña de reclutamiento para la batalla final por la segunda ciudad del país.
“Vi en la tele que estaban reuniendo gente para luchar contra el Daesh así que decidí alistarme y cobrar mi venganza ya que este grupo ha matado a muchos de mis familiares”, decía uno de los nuevos soldados.
El asedio sobre el bastión yihadista es cada vez mayor y el final está cada vez más cerca. Bagdad calcula que quedan unos 6.000 combatientes del Daesh en Mosul para un total de 30.000 efectivos de la coalición, soldados iraquíes y peshmergas.