El consumo en alimentación de los españoles se redujo en cerca de 6.000 millones de euros en 2015, una cifra que según Bormarket se justifica en la diversificación del consumo, el envejecimiento de la población y la reducción del desperdicio de comida, tanto el hogar como en la restauración. “Los españoles consumimos más inteligentemente y el uso creciente de los productos congelados permite reducir el desperdicio de comida”, explica Juan José Berlanga, Director de Ventas de Bormarket.
Esta tendencia no impide que España siga situándose entre los países de Europa que desperdician más comida: 1.325 millones de toneladas cada año. “La alimentación representaba hasta hace poco un porcentaje principal del presupuesto familiar y esto está cambiando –indica Berlanga-, el consumo está cada día más diversificado y el porcentaje correspondiente al presupuesto en alimentación se reduce año tras año”.
El envejecimiento de la población es otro factor clave “cada vez hay más gente mayor y la gente mayor come menos y, a menudo, come una dieta menos variada por razones de salud”, señala Juan José Berlanga.
El último factor es la reducción de los índices de desperdicio de comida, tanto en los hogares como en el ámbito de la restauración. “Cada vez se cocina menos en los hogares y aumenta el consumo de productos congelados y de platos precocinados, que no se estropean y se pueden conservar largo tiempo”, apunta el director general de Bormarket. “Los países escandinavos son los que consumen más productos congelados de calidad en Europa y esto es una tendencia en alza. El congelador se va convirtiendo, poco a poco en un despensa gourmet que ofrece productos de máxima calidad, ya porcianados, para consumir cuando se desee, reduciendo el desperdicio a cero”.
Hasta hace pocos años se asociaba el congelado a un producto de menor calidad y hoy esto empieza a cambiar. “El congelado en origen y a muy baja temperatura de materias primas de primera calidad permite disfrutar de su consumo en cualquier momento, conservando el cien por cien de sus cualidades sin necesidad de añadir ningún tipo de conservantes no colorantes. Otra cosa es la comida que se compra fresca y luego se congela en casa, que pierde cualidades en el proceso”.
“Los hábitos alimenticios de los españoles están cambiando –concluye Juanjo Berlanga-, la tendencia es comer para disfrutar no para alimentarse y buscar experiencias gourmet algún día de la semana, dentro o fuera de casa, y el congelado permite disfrutar de los mejores productos cada día sin tirar nada a la basura”.