Hungría se prepara para celebrar el referéndum, este domingo, sobre el sistema europeo de reubicación de refugiados, al que el Ejecutivo de Viktor Orbán se opone categóricamente.
Prueba de ello son los muchos carteles que se pueden ver en las calles del país y que animan a los húngaros a decidirse por el ‘no’ a la pregunta de si quieren que la UE disponga, sin el consentimiento del Parlamento sobre el asentamiento de ciudadanos no húngaros en Hungría.
“Mire los problemas de los países que aceptaron a inmigrantes. Violan a las mujeres y causan muchos otros problemas”, dice un hombre.
Algunos de los diversos carteles que hay en la capital Budapest afirman que el terrorismo islámico está relacionado con los refugiados y que el referéndum será un “mensaje a Bruselas para que ellos también lo entiendan”.
Sin embargo, también hay otros, en el marco de una contracampaña, que se burlan de la retórica del Gobierno.
“La campaña del paródico Partido del Perro con dos Colas es mi favorita. Da la mejor respuesta posible a la absurda situación que el Gobierno ha creado con este referéndum”, expresa una ciudadana de Budapest.
Por su parte, Amnistía Internacional (AI) denuncia que los refugiados que llegan a Hungría son sometidos a abusos y a un trato “degradante” por parte de las autoridades.
El referéndum del domingo sólo será válido si más de la mitad de los húngaros emiten un voto válido.
