El diálogo entre los cristianos, y también con otras comunidades religiosas, judías y musulmanas suponen el motor fundamental de entendimiento. Lo ha asegurado el nuevo administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, el arzobispo italiano Pierbattista Pizzaballa, que sustituye temporalmente Fouad Twai tras su renuncia.
Nombrado por el papa Francisco en junio, Pizzaballa, de 51 años y origen italiano, ocupará el puesto hasta que sea nombrado un nuevo máximo representante de la Iglesia Católica Romana en Tierra Santa.
“Damos la bienvenida y acogemos a miles de refugiados de Irak y también de Siria, no sólo a los cristianos, sino a todas las comunidades. Pero representan sólo una minúscula parte porque hay millones de refugiados. Nosotros solos no podemos resolver este problema”, ha dicho.
Además de la cuestión de los refugiados, Pizzaballa tiene ante sí retos como la división en las familias o la situación de los trabajadores extranjeros.