La oposición ha ido creciendo, según el instituto de sondeos francés Ipsos, el 52% de los alemanes cree que estos tratados van a erosionar los estándares medioambientales, sanitarios y la protección social. Toda una constelación de ONG, organizaciones civiles y partidos opositores mantiene su calendario de protestas porque la firma entre la Unión Europea y Canadá está prevista para el mes que viene.
Este domingo, han salido a las calles miles de personas en siete ciudades alemanas. Berlín se ha llevado la palma con la asistencia de más de 80 000 personas. Miles han secundado las marchas en Hamburgo, Colonia, Stuttgart y Leipzig, entre otras. En total, los organizadores esperaban a unas 250 000 personas.
El CETA podría servir de coladero para muchas empresas estadounidenses con filiales en Canadá si el otro tratado, conocido como TAFTA, con Estados Unidos, fracasa, como ya sugirió el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel.
No es el único aliado de Merkel, principal valedora del acuerdo, en criticar la falta de garantías para el consumidor que suponen estos acuerdos. Peter Gauweiler que abandonó la CDU para mostrar su rechazo a la política económica de Merkel calificó esos tratados de “peligro para la democracia”. En una entrevista publicada en el periódico Suddeutsche Zeitung, Gauweiler aseguró que el CETA incluye los esencial que se está negociando con el TAFTA. Unas negociaciones a puerta cerrada cuyo seguimiento ha sido esbozado a cuenta gotas por la Comisión a un estrecho círculo de periodistas expertos en la materia. Otros países europeos como Austria y Francia también se oponen a las negociaciones.
Greenpeace y otras ONG como Attac han alertado del peligro que conllevaría la creación de Tribunales de Arbitraje, una especie de justicia paralela para dirimir los contenciosos entre los Estados y las multinacionales.
Plus de photos de #Berlin et… des messages de solidarité pour le #15octobre ! #StopCETA #CETA #TAFTA pic.twitter.com/LlnlIFCY5p— StopTAFTA (@StopTAFTA) 17 septembre 2016
