La soprano Rasha Rizk es una de las cantantes de ópera más importantes en Siria. Pero desde hace tiempo no vive en su país. Huyó de la guerra en busca de un nuevo hogar en Europa.
Sobre el escenario ella no es la única en esta situación. Los miembros de la orquesta con la que trabaja son también sirios que viven en Alemania. El año pasado fundaron la “Orquesta Filarmónica de Expatriados Sirios”.
“Hubiese sido fantástico si hubiésemos venido a cantar y a tocar, como invitados, representando a nuestro país. Pero, por desgracia, llegamos aquí como refugiados o como expatriados, como consecuencia de la guerra. Este es el lado negativo de nuestra vida en este país. El lado positivo es que podemos seguir cantando y haciendo música y mostrando una parte de la cultura siria”, asegura la artista.
Su repertorio está formado por música clásica europea y árabe. Los miembros de la orquesta esperan así que el público conozca mejor su cultura.
“Creo que mi responsabilidad como músico es presentar nuestra cultura, nuestra música. Esto es lo que podemos hacer en Europa. Aquí vivimos en paz y creo que la música nos ayuda a hacerlo”, explica Mohamad Fityan, músico de la orquesta.
La mayoría de los músicos de la orquesta vive en Alemania pero la soprano, Rasha Rizk, ha establecido su residencia en Francia y el director, Ghassan Alaboud, en Canadá.
“Lo que nos une, sobre todo, es la nostalgia. Recordamos viejas historias, cosas que hicimos en nuestro país… Todo es muy emocionante para nosotros, muy emocionante”, afirma Alaboud.
