Por primera vez, Turquía ha reclamado a Estados Unidos la detención de Fethullah Gülen como principal responsable del fallido golpe del 15 de julio.
Ankara ya pidió el mes pasado a Washington la extradición del predicador islamista, residente en Estados Unidos desde 1999, pero nunca hasta ahora las autoridades turcas habían demandado su arresto.
La extradición de Gülen ha hecho saltar chispas entre las relaciones bilaterales. A finales de agosto, el vicepresidente estadounidense Joe Biden visitó Turquía con ánimo conciliador y explicó al presidente Erdogan que no era su Gobierno sino la justicia estadounidense la que debía tomar la decisión.
Además de orquestar el golpe de julio, Turquía acusa al predicador de infiltrar a miembros de su cofradía en el aparato del Estado, argumento que ha servido a Ankara para depurar desde el golpe a decenas de miles de funcionarios del Ejército, la Judicatura, la administración y la enseñanza.