Salah Abdeslam fue trasladado este jueves por la mañana en un convoy de máxima seguridad hasta el Palacio de Justicia de la capital francesa para ser interrogado por cuarta vez. Y, una vez más, Abdeslam ha ejercido su derecho a no declarar. Desde su extradición a Francia, el que fuera el terrorista más buscado, guarda silencio, según su abogado, para protestar por la vídeovigilancia a la que es sometido 24 horas al día en su celda de aislamiento.
Abdeslam es el único implicado en la matanza de París que aún sigue vivo y los investigadores creen que podría aportar informaciones cruciales sobre cómo se prepararon los atentados. Se sabe que fue él quien trasladó en coche a los tres kamikazes del Estadio de Francia y que luego huyó a Bélgica dejando tras de sí un cinturón explosivo que nunca llegó a detonar. También está claro que se encargó de alquilar coches y escondites, ejerciendo un papel logístico clave en una matanza que dejó 130 muertos y un ciudad marcada por el dolor.