El Ejército turco intensifica su ofensiva en el norte de Siria. En las últimas 24 horas, las fuerzas turcas han llevado a cabo 61 ataques de artillería alrededor de la ciudad siria de Yarábulus. La milicia kurdosiria allí presente se ha retirado para evitar que continúen los bombardeos contra zonas civiles.
En este sexto día de ofensiva, Washington ha mostrado su preocupación y ha pedido a Ankara que se centre en luchar contra el grupo Estado Islámico. El enviado especial presidencial estadounidense para la coalición internacional, Brett McGurk, ha calificado de “inaceptables” los combates con las milicias kurdas.
DOD: We want to make clear that we find these clashes — in areas where #ISIL is not located — unacceptable and a source of deep concern.— Brett McGurk (@brett_mcgurk) 29 de agosto de 2016
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los bombardeos turcos han dejado decenas de víctimas civiles en Siria. Al menos 41 personas murieron este domingo.
El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, ha acusado a las milicias kurdosirias YPG de “limpieza étnica”; de obligar a todas las personas que no piensan como ellos, incluidos los kurdos, a abandonar sus hogares en todos los lugares en los que se instalan.
Las Unidades kurdosirias de Protección del Pueblo (YPG) fueron las que lograron, con el apoyo de la coalición liderada por Estados Unidos, echar a los yihadistas del Dáesh de Kobani. Ankara las considera filiales del PKK y organizaciones tan terroristas como el grupo Estado Islámico y exige su retirada al este del Éufrates.