No hubo robo. Los nadadores estadounidenses se lo habrían inventado para justificar un altercado en una gasolinera de Barra de Tijuca, en donde se encuentra la villa olímpica
La Justicia brasileña prohibió el miércoles la salida del país de los deportistas, de Rayn Lochte, James Feigen, Gunnar Bentz y Jack Conger y de hecho impidió que estos dos últimos cogieran aun avión con destino a Estados Unidos. Su abogado lamentaba el trato dado a los nadadores.
“Fue un poco confuso, que eran un poco de miedo, que no entendían lo que estaba pasando, porque no podían embarcar y había cierta confusión debido a que la policía dijo que serían testigos y el tribunal judicial estaba diciendo algo diferente”, apuntaba el abogado.
La organización de los Juegos de Río ha intentando restar importancia a lo ocurrido. Su portavoz, Mario Andrada, justificaba, de alguna manera, a los deportistas
“Hay que entender que esos chicos estaban divirtiéndose. Vamos a darles un respiro. A veces haces cosas que luego lamentas. Se lo pasaron bien. Han cometido un error. Es parte de la vida. Cosas que pasan. La vida sigue”, decía un Andrada que añadía además que los nadadores habían competido con muchísima presión psicológica y concluía que en ningún caso tiene la intención de que los nadadores estadounidenses se disculpen.