La sombra del dopaje marca la vida deportiva de muchos atletas. El estadounidense Carl Lewis, rey de la velocidad en los años ochenta, fue víctima indirecta del primer escándalo que abrió los ojos del mundo ante el problema del dopaje. En la final de los 100 metros de Seúl, Lewis fue superado por Ben Johnson, que, dopado, pulverizó el récord del mundo.
Preguntado sobre la batalla que está llevado a cabo Sebastian Coe, presidente de la Agencia Mundial Antidopaje, Lewis piensa que “la gente quiere ver un deporte limpio, tan limpio como sea posible, y Sebastian es la persona adecuada para hacerlo”.
Al ser preguntado sobre el papel de los propios atletas en esta lucha, Lewis considera que es crucial que se impliquen personalmente en la batalla contra los tramposos:
- “La realidad es que tienes que posicionarte en contra, tienes que pronunciarte, quienquiera que seas, ya seas Usain Bolt o Allyson Felix o cualquier otro deportista. ¿Quién se está pronunciando claramente contra el dopaje? esa es la cuestión. Si uno quiere ser el líder, entonces tiene que tomar la iniciativa, y eso puede conllevar un montón de críticas. Yo las recibí porque me puse al frente. Traté de hacer nuestro deporte más profesional y de detener el problema de las drogas, así que, por supuesto, te van a rechazar en algunos lugares. Pero quiero seguir presionando a los atletas para que tomen la iniciativa. No veo que los atletas lo hagan, ni que hablen sobre el tema lo suficiente, y creo que sería muy bien percibido si lo hicieran”.
¿Quién ganará la final de los cien metros? ¿Será Usain Bolt, el hombre más rápido de todos los tiempos?
- “Nunca, nunca, nunca, nunca hago predicciones y no voy a empezar ahora.”