“Tarde o temprano, Estados Unidos tendrá que tomar una decisión y tendrá que elegir … entre ir de la mano de un terrorista o del pueblo turco, de un país en democracia.”
Con estas palabras, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan volvió a exigir este miércoles a Estados Unidos que extradite al clérigo musulmán Fethullah Gülen, acusado de orquestar el intento de golpe de Estado.
Gülen, reside en EEUU desde 1999.
Ankara ha criticado a Washington por exigir pruebas contundentes y ha resaltado que no entregar ya a Gülen supone protegerlo.
Durante los mítines nocturnos en solidaridad contra la asonada golpista, el mandatario turco volvió a insistir en que apoyará una decisión parlamentaria a favor de la pena de muerte.
También prometió continuar las purgas en la Administración para “limpiarla” de simpatizantes de la cofradía gülenista, “aunque haga falta despedir a 200.000 funcionarios.”
Este miércoles, otros 650 jueves y fiscales han sido suspendidos de su cargo, lo que eleva a 3.489 el número total de expulsados.