La fecha del 17 de diciembre de 2014, con los anuncios de las decisiones presidenciales de la República de Cuba y EE.UU. de iniciar una nueva etapa entre los dos países, marca el más significativo cambio en la política estadounidense hacia Cuba de los últimos 54 años.
Obama superó el costo simbólico de negociar con el Gobierno cubano y reconoció que el bloqueo hacia Cuba había fracasado.
No obstante, Cuba y EE.UU. dialogan sobre "los más diversos temas de forma recíproca y en pie de igualdad soberana", lo cual permite discutir y resolver las discrepancias y controversias mediante negociaciones, mientras que se va aprendiendo "a vivir con nuestras diferencias".
La observancia de los principios del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas rigen el proceso de "normalizar las relaciones", cuyo primer paso fue la decisión de restablecer relaciones diplomáticas, lo cual tuvo lugar el 20 de julio, con la apertura de las respectivas embajadas en La Habana y Washington.