El presidente de Turquía, Recep Tayyip, utiliza el fallido golpe de Estado para adoptar medidas que coartan las libertades del pueblo y de los disidentes políticos. Además, dichas medidas podrían afectar a los 2.5 millones de refugiados que hay en el país, como la suspensión de la Convención Europea de Derechos Humanos. teleSUR