Las relaciones entre los dos países se han tensado tras el ataque sufrido el pasado mes de junio por un diplomático estadounidense a manos de un policía ruso cuando entraba en la embajada de su país en Moscú.
Momento que fue recogido por las cámaras de seguridad de la legación.
Esa es la versión defendida por Washington que asegura que el diplomático estaba acreditado y se identificó según los protocolos de la Embajada.
Sin embargo, para Moscú, un hombre desconocido con la cara cubierta con una gorra llegó a la embajada en taxi y empezó a correr.
Dos versiones diametralmente opuestas de un mismo hecho.
Estados Unidos denuncia que los servicios de seguridad rusos han intensificado el acoso contra su personal en un intento por perturbar sus operaciones diplomáticas.
El Kremlin ha reaccionado asegurando que el diplomático en cuestión es un oficial de la CIA y que no se identificó.
Esta escalada de la tensión coincide con la cumbre que la OTAN celebra en Varsovia, donde su secretario general ha asegurado que los aliados están unidos en su estrategia frente a Rusia.