Detrás de la Razón - Estados Unidos, una larga noche negra: racismo policial

2016-07-12 11

La violencia armada se divide en dos problemas muy graves en Estados Unidos.

A) una especie de ADN, cultural y simbólico, agresivo y de supremacía, que muchos blancos lo disfrazan de nerviosismo y falta de confianza por los negros, y que se refleja perfectamente en la actitud policial. Resultado: centenares de negros muertos baleados por policías blancos.

Asesinados, está claro, sin juicio, sin acusación formal, sin proceso, ni derecho a defensa de la víctima; ejecuciones en caliente, in situ, sin disculpa ni aviso.

Esta es la fotografía nítida que de explicación tiene que el policía temía por su vida, o sea se puso nervioso,-volvemos al principio- nerviosismo que es mero disfraz porque nadie podría creer que en la gran preparación a la que sometieron a los policías cuando estudiantes, les enseñen clases de nerviosismo cuando ven a un negro.

Por el contrario, es evidente que no hay una clase adecuada en la Academia de Policía que les enseñe que ser blanco, no es ser Dios o por lo menos intocable.

Como nadie se puede creer esto del nerviosismo, el sentido común saca a las calles la protesta e indignación para dejar ver claro que todo el problema sólo se reduce a una palabra que da asco: “racismo”.

En este sentido, mientras no se acabe con la idea de supremacía, ni el racismo, ni los homicidios que hacen los policías blancos contra los civiles negros, se acabarán. Pero más aún, la pobreza, la desigualdad y la segregación en la que viven muchos negros provoca un círculo vicioso de violencia.

Es innegable también el resentimiento y odio que tienen muchos negros contra los policías, resquemor explicado tan claramente ya en los años 60 por Martin Luther King, que apunta que el sistema económico de EE.UU., el capitalismo voraz, es el culpable:

"la verdadera compasión es más que dar una limosna a un mendigo; permite ver que un edificio que produce mendigos tiene necesidad de una reestructuración. […] de Vietnam a África del Sur pasando por América latina, los Estados Unidos están en el lado malo de la revolución mundial".

B) El otro problema, son las armas cual si fueran chocolates. Si bien y quizá, el libre acceso que tienen los ciudadanos a las armas, provenga de un exquisito espíritu constitucional del siglo 18, de fortalecer a un pueblo para que derroque a un gobierno dictador en caso de ser necesario, lo cierto es que la realidad es otra, porque no es más que "chocolate con dedo", pues un rebelión para derrocar al presidente de EE.UU. sería casi imposible, no por las armas sino por el entramado de espionaje en el que viven los ciudadanos de ese país.

Así que armarlos con esa excusa es exagerado y hoy injustificado, porque hoy lo de menos es que derroquen al presidente, porque lo demás lo que importa es: un terrible número casi a diario de tiroteos.

Donde cualquier estupidez enciende la chispa del que posee una arma y le da por probarla, sino es el caso que caen en manos de un loco que se viste de superhéroe y entra a un cine para llevarse a los que puede a la otra vida, simplemente jalando del gatillo de una arma del ejército que compró con la facilidad de comprar un chocolate. Así las cosas, cómo de película.

La sociedad estadounidense vive entre A) y B) estos dos panoramas que hoy tienen en crispación las calles del país que se dice más poderoso. Esta noche, la balanza de 'Detrás de la Razón' se inclinará al análisis de A) el racismo y la brutalidad policial, que sin parte de este fenómeno, quizá después no se pueda entender B) el por qué de tanta violencia.

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