La fiscalía italiana ha acusado de asesinato premeditado a Amedeo Mancini, el hombre que mató a golpes a un refugiado nigeriano el pasado martes en la localidad de Fermo, en el centro del país.
Mancini, un hincha del equipo local de fútbol conocido por su violencia, profirió insultos racistas contra la esposa de Emmanuel Chidi Namdi. Cuando este trató de defenderla, lo golpeó con una barra de metal. Emmanuel falleció poco después en el hospital.
Conmocionado, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha mostrado en twitter su repulsa al odio, el racismo y la violencia.
“Perseguido en Nigeria, asesinado en Fermo, que debía protegerle”, rezaba un cartel situado en una de las calles de esta localidad que recuerda el sufrimiento de la pareja: Emmanuel y su esposa huyeron de Nigeria tras ser diezmada su familia por Boko Haram, después perdieron el bebé que esperaban durante la travesía hacia Italia y, finalmente, cuando comenzaba a cobrar forma su “sueño europeo”, han sido víctimas del odio y del racismo.
