El pasado 14 de junio Nintendo sorprendía a la comunidad de jugadores en su Threehouse del E3 con un nuevo Zelda, Breath of the Wild, que se convertiría en uno de los títulos más populares de la feria. Un juego que conquistó a los seguidores de la saga gracias a su extensión, pues nos hallamos ante un título de mundo abierto centrado en la exploración y el farmeo donde influyen factores como la disposición de los escenarios o los cambios climatológicos.