Imagínate que creciste con gemelo no idéntico. Los dos fueron criados de la misma manera, los dos tienen el mismo cociente intelectual, la misma educación, los mismos intereses. Los dos son gregarios, igualmente aventureros, igualmente interesantes. Los dos van al mismo gimnasio y comen lo mismo. Espiritual y mentalmente, el uno es el doble del otro. Sólo hay una pequeña diferencia: sus rostros. Quizás uno tiene esa mirada amplia y ese flequillo de bebé. Quizás el otro tiene pómulos más pronunciados y un ceño más rudo, algunos diría que más estilo Neanderthal. Con los años, ¿cómo crees que evolucionarían sus vidas? ¿Seguirían los mismos caminos o sus sutiles diferencias en apariencia los llevarían por caminos diferentes? Tristemente, la respuesta correcta es la segunda.