Trabajadores y pobladores de la capital chilena se unieron a la marcha de estudiantes por una educación pública, gratuita y de calidad. Exigieron reformas que devuelvan derechos fundamentales a la ciudadanía y que fueron privatizados durante la dictadura. La marcha se realizó pacíficamente, sin embargo al finalizar, un grupo de jóvenes ingresaron a una iglesia de donde sacaron un crucifijo de más de 100 años de antigüedad y luego lo destruyeron. El hecho fue lamentado por los dirigentes de la movilización, condenando cualquier acto de violencia o que vaya en contar del patrimonio de los chilenos. teleSUR