En este mundo hay pocos prototipos tan locos como el Renault Espace F1 de 1994. Y es que a alguien en Renault se le ocurrió la brillante idea de montar un motor Renault V10 de Fórmula 1 de 800 CV de potencia en un Espace de segunda generación, creando así el monovolumen más rápido del mundo. Prueba de ello son los 6,9 segundos que necesita para pasar de 0 a 200 km/h.