Finales del Siglo XIX. La mujer del Sheriff del pueblo está teniendo un parto difícil, pues intenta dar a luz a dos siameses sin que el médico pueda llegar a asistirla: una epidemia de peste lo mantiene lejos y ocupado. El propio sheriff, que atenderá el parto, constatará como su esposa termina falleciendo durante el alumbramiento de los dos siameses. Avergonzado por sus hijos, a los que considera una aberración, terminará ocultándolos de las miradas ajenas. Muchos años después, obligará a un médico a separarlos, muriendo uno de los dos siameses durante la complicada intervención. Sin embargo, el diabólico espíritu del fallecido volverá desde el más allá a manifestarse a través de su propio hermano, para vengarse del egoísta progenitor.