Windows 10 está ganando cada vez más adeptos. Su seguridad, y la de los navegadores web, es cada vez mayor. Muchos se preguntan si hace falta instalar un antivirus cuando Windows ya lleva uno integrado.
La respuesta es sí: hay que usar antivirus. Incluso los usuarios expertos pueden caer ante virus como Cryptolocker. El mero hecho de que Windows 10 lleve antivirus es en sí una prueba de que todavía hacen falta.
Igual que hicimos el año pasado, recopilamos y analizamos los resultados de cuatro comparativas independientes. Hemos elegido antivirus que tuvieran datos de detección en al menos dos comparativas, y hemos reducido la selección a los más populares en Europa.
Resultados de protección: ¿cuál detecta mejor el malware?
¿Cómo de eficaces son los antivirus a la hora de detener las amenazas más recientes? La media entre las cuatro comparativas arroja puntuaciones de protección para cada antivirus. Este año los antivirus que tienen todos los datos son AVG, BullGuard, ESET y Kaspersky; quizá no ganen un premio de detección, pero merecerían ganar uno de transparencia. Los antivirus que salen mejor parados en cuanto a protección son Norton, Panda y F-Secure. Como el año pasado, Norton no participa en AV-Comparatives ni tampoco en VB. Microsoft sale de la cola, que cede a Vipre.
Puntuaciones globales y ganadores de la comparativa
En nuestra comparativa solo usamos datos de protección y rendimiento, y ambos tienen el mismo peso, un 50%. Consideramos que el impacto en el sistema operativo es hoy en día tan importante como la seguridad proporcionada.
Los mejores: Avira, Kaspersky, Norton, Avast y AVG
Este año en la cima de los mejores antivirus tenemos dos productos de pago —Norton y Kasperky— y tres clásicos gratuitos —Avast, AVG y Avira—. El mejor, por rendimiento y eficacia, es el alemán Avira.
El antivirus de Microsoft ha mejorado mucho, tanto que se plantea como una aceptable solución para quien no quiere gastar dinero ni instalar programas adicionales. Ha mejorado sobre todo en la detección de malware.
En cola siguen productos como Vipre y G Data, penalizados sobre todo por un rendimiento muy por debajo de la media, un aspecto que hoy en día no puede pasarse por alto.
