Aunque no parece algo que vaya a combinar muy bien, Salt and Sanctuary hace un trabajo excelente llevando las mismas sensaciones a su juego. Los controles son casi idénticos. Incluso su HUD y la posibilidad de cambiar entre objetos con el pad son muy parecidos.
Hay una increíble variedad de personajes y armas personalizables, y la necesitarás apara acabar con todas las criaturas enemigas que te encuentres. Desde espinosas bestias que te pueden empalar de forma instantánea hasta jefes grandiosos como la Reina de las Sonrisas que te lanza espadas que bailan en el aire. Si no tienes tus habilidades, reflejos y armas preparadas, no tendrás ni una oportunidad.
Lo que hace de Salt and Sanctuary el perfecto reemplazo a Dark Souls es la incertidumbre de su mundo. El estilo propio e inconfundible de los de Ska Studio, con sus trazos al carbon, hace un gran trabajo evocando esa ambigüedad y la historia le sigue con brillantez, especialmente cuando los personajes aumentan sus dudas existenciales al avanzar en el juego.
