POEMA DEL REFUGIADO
Soy un don nadie, pobretón y feo,
aunque de gustos bastante refinados.
Ando en busca de novia bella y joven,
con sentido social y calidad artística,
inteligente, comprensiva y tierna.
Como tal pretensión sólo es quimera,
pues ninguna mujer en sano juicio
querrá enamorarse de hombre viejo,
me refugio en mi soledad de años,
mi escasa biblioteca y mi silencio sacro:
naves donde puedo navegar tranquilo
hacia puertos brillantes y profundos
de nuestra excelsa y trémula galaxia,
nereida protectora de este Sistema Solar.