La economía en España sólo genera noticias negativas, algo que afecta a la ciudadanía y sobre todo a la clase obrera que tiene que ver con indignación cómo su trabajo en muchas ocasiones no sirve para nada.
En plena campaña de la declaración de la renta, donde los contribuyentes tienen dejar constancia de todos sus datos fiscales, se ha dado a conocer recientemente que el volumen del fraude fiscal equivale ya al gasto en sanidad anual de todo el país.
Según los técnicos de hacienda, a través de su sindicato Gestha, el impacto de fraude es de 59.500 millones de euros anuales.
Mantener el sistema público de salud le cuesta al erario público 61.700 millones de euros al año. (Datos de 2013, último ejercicio del que hay referencias).
Si a esto se le suma que en estos momentos hay al menos 3000 investigadas o procesados por diferentes causas en los tribunales por corrupción, la crispación aumenta.
En la lista hay políticos, empresarios, pero también numerosos funcionarios y trabajadores. Los datos económicos tampoco ayudan, ya que el Gobierno en funciones acaba de pronosticar más paro, más deuda, más déficit y menos crecimiento del que estaba previsto para 2016 y 2017.
En concreto, la previsión de déficit para 2016 se eleva al 3,6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), ocho décimas por encima y al 2,9 por ciento para 2017.
También se han rebajado las previsiones de crecimiento económico al 2,7 % y no al 3 % para 2016 y en 2017 ha descendido del 2,9 al 2,4 %.
Invitados:
Santiago Rubio, economista
Ricardo Palomo, catedrático de Economía
Jorge Rochet, economista y miembro del Partido Comunista de España
Juan Antonio Maroto, catedrático de Economía de la UCM