Gaziantep, uno de los campos de refugiados más grandes del planeta, recibe una importante visita. La canciller alemana y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, han sido recibidos por el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. Todos tienen interés en mostrar que el acuerdo sobre los migrantes entre Ankara y Bruselas funciona, pero las cifras describen una realidad que va más allá de las pancartas.
Las primeras partidas presupuestarias de los 3 000 millones de euros prometidos por la UE han sido destinadas a alimentar, en los próximos seis meses, a unos 735 000 refugiados y a escolarizar a unos 110 000 niños de los 2,7 millones de sirios que acoge el país. Para hacernos una idea, solo un 10% vive en campos de refugiados como el de Nizip.
Por su parte, el gobierno turco ha amenazado a Bruselas con suspender el acuerdo de acogida de migrantes si la prometida liberalización de los visados para los ciudadanos turcos