Cerebro del bonobo: Empatia y vinculos afectivos (Hipotesis de la autodomesticacion)

2016-04-15 13

Un equipo internacional de científicos liderado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) ha conseguido secuenciar por completo el genoma del bonobo, el último gran simio cuyo código de barras quedaba por descifrar. El estudio, que aparece publicado en la revista Nature, muestra que los bonobos son junto a los chimpancés los parientes vivos más cercanos al ser humano. En cuestión de genética nos diferenciamos muy poco, apenas un 1,3%, de ambas especies, que entre ellas son aún más parecidas, pero mientras los chimpancés tienen un carácter más agresivo, los bonobos son conocidos por ser pacíficos, juguetones y sexualmente muy activos. La investigación puede ayudar a identificar las bases genéticas de estos comportamientos tan dispares e incluso, quizás, comprendernos mejor a nosotros mismos. El bonobo es el último gran simio que faltaba por secuenciar, después del chimpancé, el orangután y el gorila, cuyo genoma se ha conocido este mismo año. Nuestra «marca de fábrica» coincide con la de bonobos y chimpancés en la misma proporción (un 98,7%). Sin embargo, el estudio, realizado con el ADN de Ulindi, una hembra de bonobo del zoológico de Leipzig, revela que en algunas regiones específicas estamos más cerca de los bonobos que de los chimpancés, mientras que en otras ocurre precisamente lo contrario. Ambas especies son aún más similares entre sí: su genoma solo se distingue en un 0,4%. «Esas diferencias son las interesantes, porque pueden ayudarnos a entender algo tan complejo como es el comportamiento», afirma a ABC.es Tòmas Marquès Bonet, investigador del Instituto de Biología Evolutiva, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra, que ha participado en la investigación. Los bonobos y chimpancés se separaron hace apenas un millón de años, pero, en efecto, sus comportamientos sociales son muy dispares. «Mientras el chimpancé es más agresivo, con episodios frecuentes de ‘guerras’ entre tribus y un fuerte componente territorial, el bonobo se caracteriza por su carácter pacífico y por su alto nivel de actividad sexual», explica Marquès Bonet. «En los bonobos, el sexo tiene una función de unión social, pacificadora y de reducción del nivel de estrés».