POEMA ESCATOLÓGICO
Me gustaría orinar el cielo
desde la mitad del mar
para fertilizar las estrellas
y darte las flores más bonitas
que produzca el firmamento.
Me gustaría eso y mucho más
(talvez parezca obsceno),
porque te quiero y tanto quiero darte
que no sé ya qué ofrendar
en los amorosos días venideros,
ante el tibio contacto de tus manos
al pie de la montaña consagrada
por las muchas caricias y los besos,
que invocan a los dioses tutelares
en la dulce oración de la promesa
y la no menos dulce del silencio.
¿Comprendes ahora, amor profundo,
la razón por la que tanto insisto,
desde la mitad del mar,
en lanzar mis orines hacia el cielo?