Madrid, 29 mar (efesalud.com). La psicóloga y sexóloga, Miren Larrazabal Murillo, nos propone en este vídeoblog dos técnicas, parada-arranque y apretón, para intentar solucionar, o al menos minimizar, la eyaculación precoz, una disfunción sexual muy frecuente que afecta a uno de cada cinco varones y que daña o ha dañado significativamente las relaciones de pareja de más del 40% de la población masculina mundial.
"Durante la práctica sexual los hombres eyaculan sin control antes de realizar la penetración y muchas veces nada más empezar el coito; o, como mucho, apenas alcanzan un minuto y medio de amorío. Tesitura que suele causar graves problemas de pareja al sentir ambos una gran frustración, tanto por el fracaso como por la falta de orgasmo de uno de sus miembros", dice Miren Larrazabal.
Aunque la satisfacción en las relaciones sexuales de la pareja depende de cada individuo y de sus circunstancias vitales, una investigación de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.), estableció los lapsos promedio de duración de la penetración: "adecuado" (de 3 a 7 minutos); "deseable" (de 7 a 13 minutos); "demasiado corto" (de 1 a 2 minutos); y "demasiado largo" (de 10 a 30 minutos).
Para solucionar esta disfunción, el hombre que padece eyaculación precoz (EP) tiene que implicarse de forma activa en la solución de "su problema", del mismo modo que lo haría con una enfermedad tan conocida como la hipertensión o la diabetes. Solo un 10% acude al médico.
"El varón debe afrontar esta disfunción sexual en positivo, buscando la ayuda de su pareja y la de un profesional que implemente, entre otras, dos técnicas dirigidas a controlar o retrasar al máximo posible dicha eyaculación: la de la parada y el arranque o la del apretón", señala.
Primero parada y marcha con ejercicios "a solas" por medio de la autoestimulación, la masturbación. Es un autoaprendizaje. El hombre tiene que controlar su eyaculación y luego practicar los ejercicios con su pareja.
"Cuando el nivel de estimulación es muy alto, sin que las señales de la eyaculación se perciban, se realiza un parón en la masturbación para detener y bajar el nivel de estimulación. En una escala imaginaria de 0 a 10, la parada debe hacerse al llegar a 7 u 8 para descender rápidamente a niveles inferiores. A continuación, vuelta a comenzar y a parar, así dos o tres veces. Luego nos dejamos llevar", explica.
Con un buen control de la respiración, ejercitándose a menudo, mejor en presencia de la pareja o con su más que interesante ayuda, y perdiendo el miedo a los contratiempos, se puede alcanzar el control voluntario del nivel de excitación, retrasar la eyaculación y conseguir el orgasmo tan deseado de la pareja.
La segunda técnica, de compresión del pene o apretón, se aplica de forma alternativa o complementaria.
"Cesamos la estimulación y apretamos en la base del glande de cuatro a diez segundos hasta que baje la erección, situando el dedo pulgar a la altura del frenillo y los dedos índice y corazón en la cara opuesta del pene. El ejercicio se realiza dos o tres veces hasta que damos rienda suelta al placer del orgasmo", apunta Miren.
El apretón también se puede ejercer en la base del pene, en la zona de unión con los testículos, lo que permite no retirar el pene de la vagina durante la penetración.
"Jugad y jugad con estos ejercicios hasta que la eyaculación esté totalmente dominada. También se pueden utilizar anos o vaginas artificiales a modo de cabina de pruebas, como si se tratara de un piloto de aeronaves. De igual forma que se aprende a volar en tierra, se aprende poco a poco a controlar la eyaculación sin relación coital".
El objetivo final de estos ejercicios de terapia sexual se centran en mantener un nivel alto de excitación sin la necesidad imperiosa de eyacular.
"Y si no sois capaces de superar esta disfunción sexual por vuestra cuenta o con la ayuda del ser amado -indica la psicóloga y sexóloga clínica- acudid a un profesional, quien mejorará, sin duda, vuestro control eyaculatorio y, de paso, vuestra relación de pareja".
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