En pocos días se cumplen cinco años del devastador terremoto seguido de un tsunami que provocó un terrible accidente en la central nuclear de Fukushima el 11 de marzo de 2011. Cientos de bolsas con desechos y residuos radioactivos recuerdan a los pocos habitantes de la ciudad japonesa de Naraha que han vuelto la catástrofe que acabó por completo con la región.
Un monje budista ha decidido regresar a la zona afectada. Sin embargo, asegura que a pesar de los trabajos que se han hecho, el lugar aún no es apropiado para vivir como antes.
Naraha, ciudad ubicada a 20 kilómetros de la central nuclear, es la primera en reabrir desde que el Gobierno ordenó la evacuación de todos sus habitantes. Sin embargo, las pocas personas que decidieron regresar a sus hogares aseguran que a su ciudad ya no le espera ningún futuro. Solamente 440 residentes han vuelto a Naraha, lo que representa tan solo el 6 por ciento de la población de la ciudad.