Ante la crisis humanitaria de salud, generada por una escasez de medicamentos de 80%, pacientes con diferentes patologías sufren diariamente al no conseguir sus tratamientos. Junto con sus familiares, planifican una rutina de recorridos por farmacias o se las ingenian para adquirir sus medicinas en el exterior. La situación los agobia, afecta su estado emocional y pone en riesgo sus vidas