Barcelona, 09 feb (efesalud.com). La doctora Carmen Sala Salmerón, obstetra de la barcelonesa Gine-3, interviene en su vídeoblog para desmitificar los tabús en las relaciones sexuales de la pareja durante el embarazo, especialmente cuando el debate, sin base científica, se centra en los perjuicios que podría sufrir el feto, el futuro bebé, ya sea por los fluidos generados en la eyaculación y el orgasmo o por la propia acción del coito.
"Las relaciones sexuales durante la gestación siempre han estado y continúan rodeadas de muchos mitos y tabús que centran el mensaje en la idea de que la práctica de sexo hace daño al bebé. Incluso, algunas comunidades religiosas consideran que las relaciones sexuales en el embarazo son innecesarias y amorales", observa.
Por unas razones u otras, existe un deterioro de este tipo de relaciones durante el embarazo: disminuye el deseo sexual, baja el número y la frecuencia de los contactos físicos y se merma la capacidad orgásmica.
"Todavía hay parejas que me comentan que no han disfrutado de una sola relación coital durante todo el embarazo", resalta.
¿Y qué deteriora las relaciones sexuales?
"Los cambios físicos en la mujer durante el primer trimestre del embarazo; fase inicial con vómitos, aumento olfativo, sobre todo de los menos agradables, o la sensación casi permanente de cansancio y de sueño", describe.
"En los dos últimos trimestres, el aumento de su peso y del tamaño de su barriga, espectaculares en el octavo mes de embarazo, que dificultan las posturas sexuales correctas. Las mujeres no se encuentran tan atractivas: las estrías se evidencian y piensan que han perdido sus encantos", continúa.
"También las mamas aumentan de tamaño -añade- y se producen secreciones de calostro durante el último trimestre. Las caricias de su pareja generan más pérdidas y la mujer se puede sentir húmeda".
Por último, los movimientos fetales, sobre todo por la noche.
"Su bebé se activa y su ternura se dispara cuando se tumba en la cama, algo inoportuno para el sexo. En cambio, puede ser una magnífica oportunidad para los abrazos paternos y el cariño conjunto hacia el futuro retoño", señala.
¿Y el embarazo puede mejorar las relaciones sexuales?
"Sí. Durante la gestación aumenta la lubrificación de la vagina y la vascularización genital -vasos sanguíneos en un tejido-, es decir, la vagina y la vulva están más sensibles a la estimulación",
Desde el punto de vista psicológico, las mujeres irradian una alegría desbordante cuando se confirma el positivo en el test de embarazo, pero les cuesta disfrutar de su estado premamá.
"Se les enciende la bombilla roja de las alertas, el pistoletazo de salida de su angustia vital. Leen y escuchan todo tipo de consejos sobre posibles anomalías congénitas, como las cromosomopatías. Les aterra la amniocentesis", evidencia.
Bajo estas circunstancias, las parejas con relaciones sexuales "fatales" no solo no mejoran su sexualidad, sino que la empeoran.
El papel del varón, el padre, es harina de otro costal.
"Desconozco casi por completo la apetencia sexual de los hombres durante el embarazo, ya que no es un tema que se exponga en mi consulta; pero supongo que el cariño, la ternura, la empatía o el acompañamiento mutuo, deben ser buenos factores de influencia a la hora de mantener o mejorar las relaciones de pareja", comenta la doctora Sala.
La sexualidad de la mujer y el hombre durante el embarazo, por tanto, es "una faceta casi olvidada por la mayoría de los tocólogos y comadronas. Ofrecemos muy poca información, normalmente por pudor. A los médicos nos da cierto reparo plantear ciertas preguntas a una parejita que está loca de contenta con el embarazo", opina.
En cualquier caso, una mujer embarazada puede tener relaciones sexuales sanas, libres y seguras con su pareja "siempre y cuando no haya una contraindicación ginecológica".
El sexo se suele contraindicar por la existencia de abortos de repetición debidos a la incontinencia cervical, no por causas genéticas. También por la amenaza de un parto prematuro o cuando se pueda producir una fisura en la membrana de la placenta.
Carmen Sala destaca que "el coito -la cópula- no daña al bebé ni es causa de aborto" en la inmensísima mayoría de los casos. Y puntualiza que "las secreciones de oxitocina que genera la mujer durante el orgasmo son tan pequeñas que no provocan un parto antes de tiempo".
En cuanto al semen, la ginecóloga señala que "la secreción masculina contiene prostaglandina, sustancia que sí podría tener cierta influencia en la madurez del feto al contribuir a suavizar y dilatar el cuello del útero e inducir un parto prematuro".
Para la doctora Carmen Sala Salmerón ya va siendo hora de que las mujeres y los hombres, médicos y pacientes, pregunten "alto y claro" cualquier duda sobre la sexualidad de la pareja.
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