Un quinto pasajero de la embarcación logró llegar a nado a la playa francesa de Sangatte y alertar a los servicios de salvamento que acudieron al rescate.
Socorristas franceses, apoyados por el Ejército belga, lograron localizar la embarcación y salvar a los inmigrantes “in extremis”.
“No habrían podido aguantar mucho más. Uno de ellos tenía una hipotermia severa. Estaban agotados y muy asustados”, relata Bernard Barron, presidente de la Asociación Nacional Francesa de Rescate en el mar de Calais.
En un intento desesperado por abandonar la denominada “Jungla de Calais”, los inmigrantes se echaron a la mar en la ciudad francesa de Dunkerke, con la esperanza de llegar a las costas británicas.
Una travesía tan inusual como peligrosa debido a la bravura del Mar del Norte y el intenso tráfico marítimo que se registra en el Canal de la Mancha.