Mentiras: Lenguaje corporal

2016-02-02 53

Las mentiras pueden ser detectadas, en la medida que observas la forma de ser de quienes te rodean. Mientras más estudias el lenguaje corporal de los demás, te haces cada vez más sensible a los cambios actitudinales que inevitablemente acompañan una falsedad. Científicos como Paul Ekman y Allan Pease nos han permitido sintetizar algunos de los indicios claves para determinar si una persona elude la verdad. Allan Pease, en su libro “el lenguaje del cuerpo”, explica cómo los gestos adultos son en realidad evoluciones de los movimientos automáticos de los niños. Las expresiones de emotividad, los movimientos exagerados de las manos y los ojos desmesuradamente abiertos son rasgos infantiles inconfundibles que llegan sin escalas a la adultez, aunque cada vez más y más sutiles para llamar cada vez menos la atención. ¿Qué hace un niño instintivamente cuando escucha una mentira, una grosería o algún vocablo impropio? Su reacción natural será la de taparse con ambas manos la boca, queriendo decir con este gesto “¡No puedo creer lo que estés diciendo!”. Al ir creciendo, esta manifestación se hace casi imperceptible y puede derivar en un simple toque de las comisuras de los labios o incluso la punta de la nariz.