Tōkidenshō Angel EyesEn 1996, Tecmo lanzó un juego de lucha 2D con dos elementos característicos. Uno, que todas sus protagonistas eran chicas, lo que permitía a los creadores echar a volar la imaginación con ciertos toques ligeramente picantes -nada demasiado exagerado, algún escote fuera de control, ciertos bamboleos… nada que vaya a asustar a alguien que consuma entretenimiento japonés con regularidad. La otra particularidad es que, por alguna extra razón, se consideró que quedaba bien que personajes basados en sprites tradicionales compartieran el ring con otros personajes 3D prerenderizados, lo que ciertamente chocaban a todas luces.El argumento gira sobre una serie de luchadoras que son aptas para acoger la esencia de un angel enviado a la tierra desde los cielos -nada demasiado apasionante-. Lo interesante es que es un juego con una amplia variedad de posibilidades y combos para cada luchadora, con una gran flexibilidad y muy divertido competitivamente, lo que le valió cierto prestigio en los salones recreativos y participar en diferentes torneos japoneses. Más tarde aparecería una versión en PSX, con la friolera de 8 nuevos personajes -una cifra que perdía su impacto cuando veías que esas incorporaciones eran versiones modificadas de los originales. A pesar de cierta precariedad, Angel Eyes es un título querido y recordado en Japón, aunque sólo allí ya que no llegó a aparecer oficialmente fuera del país del sol naciente.Battle RealmsA veces un gran juego tiene la inmensa mala fortuna de aparecer junto a otro título que lo eclipsa de tal manera que parece como si no hubiera existido. Battle Realms podría haber sido algo grande en el RTS, de no haber sido porque eligió para salir unos meses antes que Warcraft III. Había una auténtica obsesión en aquel 2002 por el tortuoso desarrollo del juego de Blizzard, que aparecería a mediados del 2003 con su motor tridimensional después de muchos problemas y cambios radicales de diseño -nada nuevo bajo el sol-. Pero si una parte de esa obsesión se hubiera puesto en Battle Realms, muchos quizás hubieran descubierto un juego superior en algunos aspectos a la celebrada tercera entrega del clásico. Este título ofrecía un potente motor tridimensional para dar forma a un mundo de inspiración oriental, con un campo de batalla que apostaba por menos y mejores unidades frente a otros RTS tradicionales. Implementó el sistema de unidades heroicas y evolucionables antes que Blizzard, ofreció una campaña fantástica en cuanto a historia, con dos ramas distintas y múltiples ramificaciones de las mismas. Utilizó un inteligente sistema de recolección de recursos y reclutamiento de unidades, además de añadir un sistema de moralidad novedoso en el género. Battle Realms es un juego fantástico e innovador, barrido de la historia por un coloso mediático pero que sobrevivirá en la memoria de los que lo disfrutaron.