Felipe González no ha cambiado sus recelos hacia Podemos, al entender que quiere, literalmente, liquidar y no reformar el marco democrático de convivencia y de paso, a los socialistas. Para González, la formación morad es puro leninismo. Por su parte, Aznar ha preferido advertir de las consecuencias que pudiera tener la entrada de una partido como Podemos en un ejecutivo liderado por Pedro Sánchez al creer que es una amenaza para nuestro sistema democrático y nuestras libertades.