Barcelona, 28 ene (EFE).- Álvaro Soler Arpa se mueve por su taller, entre sus piezas de animales creados a partir de huesos, alambres y residuos, con la intención de demostrar que, además de creativa, su obra es denuncia.
Hace siete años, quiso dar rienda suelta a su inquietud de niño por la anatomía y el movimiento.
Tras pasar muchos años estudiando y dibujando los esqueletos de los animales decidió dar volumen a esos bocetos.
Y de ahí nació "Vida Tóxica. Somos naturaleza en evolución tóxica", una exposición de animales reconstruidos.
Para crear sus esculturas, Álvaro Soler hierve animales muertos, los despelleja, recoge huesos y los transforma.
Su taller es como un museo mínimo de nuevos seres, con reminiscencias prehistóricas, de animales que parecen a punto de escapar.
Representan, asegura Soler, seres torturados por la contaminación del planeta e invitan a la reflexión.
Así lo ha entendido la ONG International Plastic Pollution, que trabaja para frenar los efectos tóxicos del plástico.
Sus esculturas se verán a partir del 15 de febrero en la Terminal 1 del Aeropuerto de El Prat de Barcelona. Palabras clave: efe,exposición,esculturas,huesos,animales