Tras el derrame de residuos tóxicos por parte de la industria minera en el estado Minas Gerais, en Brasil, ocasionado por la ruptura de dos diques, la población exige que se responsabilice a las trasnacionales implicadas. En este sentido, la presidenta Dilma Rousseff ya ha exigido a los presidentes de las corporaciones implicadas el pago por los daños ocasionados en las comunidades y en el medio ambiente. La ciudadanía insiste en que esta catástrofe medioambiental que ha dejado seis muertos y decenas de desaparecidos no fue accidental. teleSUR