Los datos de millones de estadounidenses se exponen cada vez más en los sistemas informáticos a la amenaza de los llamados hackers. A esto se suma una ley federal que pone en riesgo la privacidad de los internautas. Ni siquiera el director de la CIA, John Brennan, ha permanecido a salvo, ya que todos sus correos personales fueron vulnerados y expuestos públicamente.