Muy a menudo la mente nos juega malas pasadas y nos hace ver cosas que en realidad no existen, como demuestran algunas ilusiones ópticas famosas. Percibimos el mundo que nos rodea a través de los sentidos. Todos ellos pasan la información que reciben al cerebro, que se encarga de interpretarla “a su manera”, aunque no siempre se corresponde fielmente con la realidad. Si tiene alguna duda observe las siguientes ilustraciones. A primera vista seguramente verá cosas distintas de las que realmente están dibujadas. Se trata de ilusiones visuales, que ponen a prueba nuestro sentido de la vista. Para la mayoría de las personas la vista es el sentido más importante. Y sin embargo es el que más se presta a engaños. En realidad, la calidad de las imágenes que se forman en la retina no es muy buena. Pero el cerebro se encarga de hacer las correcciones oportunas para que podamos ver con la suficiente nitidez. Precisamente al hacer esas correcciones puede introducir elementos que no existen en la realidad, digamos que “se pasa de listo”. Por ejemplo, puede completar la información que le llega añadiendo formas que no existen, como ocurre al contemplar el triángulo de Kanizsa, una ilusión óptica muy conocida.