Se ha preguntado ¿por qué es eterna la violencia entre el régimen de Israel y Palestina?
¿Por qué el régimen de Tel Aviv no deja de sangrar, atacar, lastimar, humillar, menospreciar, asesinar a los palestinos?
¿Los palestinos en su respuesta agónica, intentan contestar de la misma forma, pero aplastados por la infamia israelí no pueden?
Se matan unos contra otros, con la gran diferencia de israelíes muertos se cuentan de uno en uno, palestinos asesinados, se cuenta de mil en mil.
En esta eterna violencia, la violencia se recrudece en un nuevo capítulo que comenzó hace unos meses.
La prohibición de libre acceso a las mezquitas sagradas para los palestinos, mientras en su cara, la autorización de libre acceso a ese mismo sitio, para los judíos.
Una discriminación tan humillante que el sentirse calificado de sub-humano provocó que estén a centímetros de una tercera Intifada.
Prácticamente Cisjordania, Gaza, toda Palestina, los territorios ocupados por el régimen israelí, están encendidos de alerta, alarma, indignación y furia.
Los palestinos ya no quieren que el círculo eterno de odio, garrote, bala, balazo y funeral se repita una y otra vez en la más despiadada agonía contemplada y planeada desde el régimen de Tel-Aviv y Al-Quds (Jerusalén), desde el Likud, y sobre todo contemplada por las cruzadas de brazos, potencias del mundo.
Así, la sangre palestina sigue corriendo. En esta semana, este castigo colectivo llevó a la vecina Jordania, a pedirle a los que se dicen los guardianes del mundo una reunión de emergencia.
El objetivo: detener al régimen de Israel. Así entonces y de esta forma, Palestina pidió ayuda al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). Lo que se pedía detrás, era grande, cascos azules para frenar a los israelíes.
Pero eso sí sería política ficción. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), como respuesta, condenó el uso de fuerza excesiva de régimen israelí, lo que se traduce a nada, a un papel y firmas y nada más, porque además, el régimen de Tel Aviv, como siempre, hizo oídos sordos.
Lo que sí no se puede tapar es que desde México hasta Jordania, cada vez hay más manifestaciones de apoyo para los palestinos. En todo el mundo cada vez hay más protestas en la calle contra el régimen de Israel.
En la Web, son millones de ciudadanos de todos los países que ponen en su twitter o Facebook, la imagen de la bandera palestina. Esto no estaría sucediendo, si los palestinos no tuvieran razón de denunciar la atrocidad israelí.
