Casi veinte muertos, varios desaparecidos, decenas de heridos y la región devastada. Son las consecuencias inmediatas de la riada que anoche arrasó la Costa Azul francesa. Las zonas más afectadas son las de Cannes, Niza, Mandelieu, Biot y Antibes, en el departamento de Alpes Marítimos. En poco menos de dos horas cayeron 175 litros por metro cuadrado, el equivlante a lo que debería haber llovido en dos meses. Los servicios de socorro recibieron 1.900 llamadas a lo largo de la noche y practicaron 241 intervenciones.
“Creo que todavía hay cinco desaparecidos”, dice una vecina de Mandelieu. “Bajaron a sacar sus coches del garaje y no volvieron.Querían traerlos aquí arriba porque veían que el agua estaba subiendo”.
La riada se formó en cuestión de minutos, mientras la lluvia arreciaba. Este domingo a mediodía todavía había 29.000 hogares sin electricidad. El panorama es desolador: casas destruidas, negocios arruinados, campos arrasados. Las pérdidas materiales aún no han sido cuantifi