Cinco condenas a muerte y siete cadenas perpetuas.
Es lo que les ha caído a los responsables de los atentados en los trenes de cercanías de Bombay que en 2006 acabaron con la vida de 189 personas e hirieron a más de 800.
El tribunal especial de la ciudad más poblada de la India ha condenado a estas doce personas y absuelto a una. Según la policía trece sospechosos pakistaníes y cuatro indios siguen en paradero desconocido.
La fiscalía asegura que los atentados fueron perpetrados como venganza por las matanzas de Gujarat cuatro años antes y que acabaron con la vida de más de 1.000 personas, la mayoría de ellas musulmanas.