La “suerte” y el “destino”. El Gran Muftí de Arabia Saudí, el jeque Abdelaziz al Sheij, atribuye a una fatalidad fuera de todo control humano la tragedia que provocó el jueves 717 muertos y más de 800 heridos.
Todos fieles de diversas nacionalidades que participaban en la peregrinación del hach a La Meca.
El máximo líder religioso de Arabia Saudí calificó los hechos de “inevitables”, durante una reunión con
el príncipe heredero Mohammed bin Nayef.
Este sábado, coincidiendo con la última jornada del hach, los peregrinos seguían consternados: “Rezo por aquellos llamados a ser mártires, las víctimas de la estampida, nuestro pésame para sus familias que sepan que su muerte no ha sido en vano, era la voluntad de Alá”, explica un peregrino egipcio, Siraj-Eddin Abdel Satttar.
Al menos hay 131 víctimas mortales iraníes. Teherán exige responsabilidades y quiere participar en la investigación de los hechos. Las manifestaciones de protesta se suceden en diversas ciudades, mientras el mini